Tenerife y sus secretos: mi experiencia en el Hotel Spa Villalba
Mi primera vez en Tenerife, si me preguntas, un sueño. Me encantan los viajes, sobre todo los nacionales, pero nunca estuvo entre mis destinos predilectos, supongo que por los clichés… qué equivocada estaba. Hemos tenido la oportunidad de conocer esta isla desde el pueblo más alto, rodeados de naturaleza y en un oasis de paz, en el Hotel Spa Villalba.
A veces hay que darse permiso para parar. Nos hemos acostumbrado a tener una larga lista de quehaceres durante nuestros viajes: lugares imprescindibles que visitar, dónde comer y un planning diario infinito que nos deja tan exhaustos que acabamos necesitando unas vacaciones de las propias vacaciones.
Pues bien, la experiencia cumplió justo con lo que buscábamos: descansar, disfrutar de tiempo de calidad y no tener que mirar el reloj.
Vilaflor, un pueblo entre pinos, viñedos y paisajes lunares
Si algo teníamos claro desde el primer momento, es que alquilaríamos una moto para movernos a nuestro ritmo, y así fue. 30 minutos fue el tiempo que tardamos en llegar desde el aeropuerto al pueblo más alto de Canarias y conforme nos acercábamos, supimos que el entorno prometía.
El paisaje cambia según te alejas de la costa. Dejas atrás el bullicio turístico y van apareciendo pinos y viñedos; también la temperatura se vuelve más agradable y el ritmo empieza a bajar. Llegamos a Vilaflor. Íbamos a tener tiempo para recorrer sus calles adoquinadas y conocer su historia, pero estábamos expectantes por llegar a nuestro destino y hacer el check-in.
Hotel Spa Villalba, un santuario que invita al descanso
La sensación de desconexión empieza en el mismo instante en que cruzas la puerta. Había olvidado lo que era una bienvenida acogedora; hoy en día casi todo se reduce a un check-in online y a seguir las instrucciones en la pantalla del móvil.
La recepcionista nos robó solo unos minutos para explicarnos todo lo necesario para que nuestra estancia fuera perfecta: las horas de las comidas, el servicio de spa ilimitado y comentarnos algunas de las actividades que ofrecen en el hotel. Tienen una infinidad de opciones para todos los gustos. Por último, nos entregó la llave de la habitación y empezaba nuestro momento.
La suite con hidromasaje, 45 m² de lujo y calma
Lo primero que nos llamó la atención al entrar fue el silencio. La habitación era muy amplia y luminosa, con muebles de estilo clásico que le aportaban un toque cálido y una estética que no busca impresionar, sino hacerte sentir cómodo.
Nos gustó que la estancia estuviera dividida en diferentes espacios: la sala de estar con minibar, cafetera y un sofá perfecto para leer o ver una película; y el dormitorio amplio, con una cama extragrande que invita al descanso. El baño nos sorprendió por su tamaño y por la bañera hidromasaje situada junto a la ventana, perfecta para relajarte mientras entra la luz natural. Aún así, nuestro lugar favorito fue el balcón, con esas vistas al bosque y el sonido ambiente.
El lujo verdadero es no tener que preocuparte por nada
Los siguientes días nos dedicamos a fluir, poner en práctica la autoescucha es más complicado de lo que parece. ¿Qué nos apetece hacer hoy? Sin multitarea ni obligaciones, simplemente dejarnos llevar.
Disfrutar de las vistas, pasear por el jardín rodeados de pinos gigantes, escuchar el sonido ambiente o algo tan sencillo como sentarte al sol. El lugar es perfecto para el dolce far niente. Uno de los momentos que más voy a recordar es un amanecer desde el hidromasaje y la luz del sol entrando por la ventana. ¿Cuándo he disfrutado de un baño así antes?
Gastronomía con esencia canaria
El desayuno es tipo buffet, con todo lo que puedas imaginarte: embutidos, variedad de panes, fruta, croissants, zumos… Tienen una carta de platos calientes preparados al momento de la que te recomendamos probar: la tosta de huevo poché sobre nube de guacamole y los huevos benedictinos.
✳︎ Restaurante La Vendimia
También se viaja con el paladar, y en La Vendimia, cada bocado sabe a Canarias. Fusionan recetas internacionales con productos de km0 y en ninguno falta la esencia de la isla. Las veladas son acogedoras y el equipo te atiende con mimo, cosa que queremos destacar porque elevan la experiencia en el restaurante a otro nivel.
En cuanto a los platos, hemos tenido varios días por delante para conocer prácticamente toda la carta y nos ha gustado la variedad, también ofrecen opciones vegetarianas. Por supuesto tenemos favoritos y, si tienes la oportunidad de alojarte y disfrutar de su cocina, te recomendamos probar:
- Como entrante, las delicias ahumadas. Es queso fresco de cabra ahumado al grill con un dúo de mojos canarios y savia de palma.
- Las garbanzas compuestas al estilo chasnero son perfectas para un día más fresco, un plato caliente que aposenta el estómago.
- De las pastas y arroces resulta complicado destacar solo uno. Sin embargo, ambos coincidimos con el arroz negro cremoso con calamares y leche de coco, una absoluta delicia.
- Las tiras de solomillo de res al wok con verduras en salsa de soja, es un plato sabroso con aire asiático.
- Finalizar con un toque dulce con: el volcán Teide, perfecto para los amantes del chocolate, y mi favorito, los saquitos crujientes de plátano, con helado de vainilla y salsa de chocolate caliente, un placer para los sentidos.
Más que una estancia, un ritual de bienestar
Tras varias ocasiones en el spa, me animé a reservar un masaje, en mi mente apareció un cartel que decía «me lo merezco». No soy experta en el tema, pero con la ayuda de la profesional y las preguntas pertinentes, concluimos que necesitaba relajarme y quitarme estrés de encima, así que me dejé llevar durante mi masaje Ayurveda. Fueron 50 minutos de pura desconexión y el resultado fue tener la sensación de estar flotando.
Yoga: un viaje hacia dentro
Siempre había querido probar el yoga, y voilà, es una de las actividades que ofrecen en el hotel, lo manifesté. Mi nivel es de principiante, así que no dudes en animarte si tienes la ocasión. La temperatura bajó drásticamente e hicimos la clase en el gimnasio, pero en condiciones favorables se hace en el jardín y debe ser increíble. Me toca volver para darme el gusto. Durante una hora volví a mí como nunca, supe agradecer el momento, a mi cuerpo y concentrarme en algo tan esencial y menospreciado como es la respiración. Fue muy revelador e incluso vuelvo a casa con ganas de apuntarme.
¿Querrías salir del paraíso?
Vale, sí, el hotel te atrapa y se está tan a gusto que es difícil querer salir, pero sienta tan bien darte un paseo por los senderos que parten del mismo alojamiento y sin necesidad de coger un vehículo. En recepción te recomiendan diferentes rutas, según lo que te apetezca más. También puedes pasear por las callecitas de Vilaflor y conocer su casco antiguo; la vida allí va a otro ritmo.
Siendo nuestra primera vez en Tenerife, también quisimos conocer los lugares más icónicos de la zona. Uno de los días, tras el desayuno, fuimos a visitar algunos: Icod de los Vinos, Garachico y Masca. ¡Qué paisajes! Es alucinante cómo cambia la vegetación, la temperatura y el ambiente en escasos kilómetros. ¿Sabes qué es lo mejor?, volver a Vilaflor, al Hotel Spa Villalba, donde reina la calma después de tanto ajetreo.
El límite es el cielo Teide
No, no nos olvidamos, el Hotel Spa Villalba se encuentra en una ubicación privilegiada para conocerlo. Media hora separan el pueblo más alto de Canarias del techo de España, el imponente Teide. Es increíble dejar los pinos atrás y encontrar un paisaje que debe ser lo más parecido a la luna. Estar tan cerca te da la oportunidad de ir varios días y descubrir el inmenso paisaje sin prisa, es lo que hicimos nosotros.
El Hotel Spa Villalba, un refugio al que volver
Hemos intentado ponerle palabras a estos días, esperamos que no te quedes solo con ellas y te animes a vivir tu propia experiencia, estamos seguros de que si te hemos creado expectativas, las superará.
Conocer Tenerife desde Vilaflor, y en concreto, desde este hotel familiar, ha sido una experiencia genuina que recomendamos sinceramente a todo el que busque descansar y relajarse rodeado de naturaleza.
Dejando a un lado el alojamiento, y como conclusión, tras haber conocido a gente que reside y a nativos de la isla, ser consciente del impacto del turismo te hace valorar que queden lugares que conservan su autenticidad. Escoger cómo viajamos es una causa y efecto, por eso, conoce Canarias como si fueras parte de ellas.
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